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Trasladamos el yoga a las palabras, para ti

El cuervo – Kakasana

En yoga se desarrollan muchas posturas o asanas de equilibrio como el cuervo y sus variaciones. En éste, el peso del cuerpo se traslada desde los pies, las piernas y las caderas hacia las manos, brazos y hombros. Relájate al terminar como contrapostura en la postura del embrión.

Los beneficios físicos:
-Ayuda a desarrollar fuerza y flexibilidad en las muñecas.
-Fortalece los músculos del tríceps, de los hombros y caderas.

Beneficios mentales:
Pon atención en cuánto peso corporal puedes poner sobre los brazos y las manos.
Si pones muy poco peso sobre ellos, no serás capaz de levantar los pies del suelo. Tras un período de prueba y de duda, un movimiento concentrado y determinante te elevará a la postura. Por eso, el Cuervo te ayuda a desarrollar la determinación y el poder de concentración.

¿Cómo monto mi Postura del Cuervo?
Es importante que antes de realizar la postura por primera vez coloques un cojín o algo cómodo delante tuya para caer encima si llegases a perder el equilibrio.

1. Sientate en cuclillas, con las piernas y los pies separados. Coloca las palmas de las manos delante de ti (aquí, separa bien los dedos de tus manos, gira las muñecas hacia dentro y dobla los codos hacia afuera). Mantén los brazos ligeramente flexionados, las rodillas ampliamente separadas y lleva tu mirada hacia adelante.

2. Apoyate sobre los dedos de los pies, eleva las caderas y mantén las rodillas firmemente apretadas contra una parte alta de tus brazos.

3. Respirando más profundamente, sigue concentrandote en un punto delante de ti y muévete lentamente hacia delante desplazando tu peso hacia las muñecas y manos. Los codos deben de estar ligeramente doblados y las rodillas se apoyan sobre los brazos.
Trabaja el equilibrio primero levantando los dedos de un pie y después los del siguiente hasta que consigas juntar en alto los dedos gordos.

Ánimo con tu práctica de equilibrio.

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