Todos los estilos de Yoga comparten algo que asombra a todo el mundo: la mayoría funcionan. En definitiva, te sientes mejor al salir de la clase. La cuestión es: ¿Por qué te hace sentir tan bien el Yoga?
Como probablemente hayas escuchado, una de la de las razones por las que la asana (postura) te hace sentir tan bien es porque activa tu sistema nervioso parasimpático gracias a dos elementos que todas las prácticas posturales tienen en común: el estiramiento y fortalecimiento de la musculatura, y la respiración calmada y profunda.
El sistema parasimpático es la parte de tu sistema nervioso que induce a la relajación y contrarresta muchos síntomas relacionados con el estrés y las consecuencias negativas de la vida moderna tan acelerada.
¿Por qué te hace sentir tan bien el Yoga?
La respuesta es: casi todos los estilos de Hatha Yoga aumentan el flujo de prana (o fuerza vital) en el cuerpo.
El yoga está basado en el prana. El prana siempre ha jugado un papel esencial en Hatha Yoga. Los antiguos textos sánscritos, como el Hatha Yoga Pradipika y Gheranda Samhita, señalan varias técnicas para aumentar, canalizar y regular la fuerza vital. En estos escritos se describe el asana como la base para prácticas más profundas de Hatha. Al mantener una postura mientras “respiras en ella” se disuelven las barreras pránicas. Cada postura libera prana de forma diferente. Por ejemplo, las flexiones hacia delante aumentan los tipos de prana que calman, relajan y asientan; las inclinaciones hacia atrás desbloquean las fuerzas pránicas que son más expansivas y revitalizantes.
Una de las mejores razones por las que te sientes mejor después de la clase es porque la práctica del yoga te ha ayudado a mover tu energía vital de una forma más equilibrada.
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